El Túnel

EL TÚNEL

Ernesto Sábato

 

Título: El túnel

Autor: Ernesto Sábato

Año de publicación: 1948

Nacionalidad del autor: argentino.

El túnel, de Ernesto Sábato, es una novela famosa, de ese escritor argentino que se publicó en 1948.  La última edición, adjunta en la parte derecha de sus pantallas, es de la editorial Seix Barral, la misma que publicó por primera vez la novela y que tuvo una serie de inconvenientes para poder ser impresa, ya que fue censurada, y por supuesto, conmemora el septuagésimo aniversario de publicación de este bello escrito.

Trae en sus últimas páginas una recopilación de los tramites que tuvo que pasar para poder ser publicada, ya que por su tema, (la infidelidad, el absurdo de la existencia, la soledad y la violencia que describe,) fue prohibida y censurada.

Nos encontramos ante el relato de las consecuencias de un amor ilícito.  En el fondo, a la manera de los cultivadores del absurdo, un Camus, por ejemplo, hay una defensa apasionada de la fidelidad en el amor, pero se parte del equivoco de que el amor puede ser ilícito.  En el empeño de defender esa en consecuencia también falsa fidelidad, se justifica el asesinato.  No autorizable. (Anexo de la Edición conmemorativa 1948 – 2018. Editorial Seix barral).

La novela está escrita en primera persona por el mismo protagonista, Juan Pablo Castel, y narra el amor y desamor que sintió por María Iribarne, joven mujer, que tenía al parecer varias relaciones extra matrimoniales con diferentes hombres, entre ellos, Juan Pablo Castel, el pintor y protagonista.

La novela se desarrolla en Buenos Aires, argentina, tiene una estructura aristotélica, toda vez que el protagonista pasa por una serie de conflictos internos (una lucha con su otro yo, es decir, su conciencia), y que al final lo lleva a matar a su amante, María Iribarne.  Su final es cerrado, puesto que comienza en tiempo presente y va narrando los motivos que lo llevaron a asesinar a María, y al final, no queda duda que el asesino esta pagando su condena en una cárcel, y su amante murió a causa de unas inhumanas puñaladas.  Ademas, es fácil de identificar los puntos de giro, que son cuando la novela toma una mayor intensidad, como por ejemplo cuando trata de encontrar a esa mujer que observó con detenimiento su cuadro, y que desapareció sin dejar rastro;

La observé todo el tiempo con ansiedad.  Después desapareció en la multitud, mientras yo vacilaba entre un Miedo invencible y un angustioso deseo de llamarla.  ¿Miedo de qué? Quizá, algo así como miedo de jugar todo el dinero de que se dispone en la vida a un solo número.  Sin embargo, cuando desapareció me sentí irritado, infeliz, pensando que podría no verla más, perdida entre los millones de habitantes anónimos de Buenos Aires. (p. 15).

Dio vuelta en la esquina de San Martín, caminó unos pasos y entró en el edificio de la Compañía T. Comprendí que tenía que decidirme rápidamente y entré detrás, aunque sentí que en esos momentos estaba haciendo algo desproporcionado y monstruoso. (p. 28).

…—–No advertí que usted preguntaba por la escena del cuadro —–dijo temblorosamente.  Sin darme cuenta, la agarré de un brazo.  —¿Entonces la recuerda?

Otro punto de giro, es cuando comienza el horror, luego de ir a la estancia, aguantar una aburrida charla con Hunter y Mimí Allende, y decepcionarse definitivamente de María:

Me saludó con una expresión muy medida, como queriendo probar ante los dos primos que entre nosotros no había más que una simple amistad. (p. 112).

…Y ahora llegaba y controlaba cada movimiento, calculaba cada palabra, cada gesto de su cara. ¡Hasta era capaz de sonreír a aquella mujer! (p. 112).

...La miré con odio, pero ella mantuvo serenamente mi mirada y, por un décimo de segundo, sus ojos se hicieron blandos y parecieron decirme: <<Compadéceme de todo eso>>.  ¡Querida, querida María! ¡Cómo sufrí por ese instante de ruego y de humillación! La miré con ternura y le respondí….(p. 113).

Juan Pablo Castel, luego de soportar lo que tuvo que soportar en la estancia, solo se quedó una noche, y al día siguiente, tomo su valija y la caja, y se marcho a pie; desde allí, desde ese preciso momento, comienza a describir y a narrar el horror, el descenso al infierno, en términos de «Dante» antes de que concluyera con ese horrendo final.

Sobre el Título, “El túnel” puedo inferir que hace alusión a la oscuridad interna del alma, y cuando hablo del alma, me refiero con ello a la razón, a la imposibilidad e incertidumbre que producen las preguntas que no tienen respuesta sobre la humanidad; a eso hace referencia El Túnel, a ese ser de indefensión en el que el ser humano es una criatura más en el universo que no sabe ¿de dónde vino?, ni ¿por qué?, ni mucho menos ¿para qué? Y le toca resignarse a vivir, con la incertidumbre de nunca responder esas preguntas, y soportando la pesada carga del amor, del odio, del bien y del mal, de la enajenación y la desesperanza.  El túnel es una novela existencial, del mismo tipo de Albert Camus, quienes expresan de una fina manera el sentimiento humano.

En la novela solo aparecen unos cuantos personajes, lo que hace que  sea más fácil  de comprender; entre los personajes que se nombran, se destacan cinco:

Juan pablo Castel: el pintor y protagonista.

Maria Iribarne Hunter: la amante de Juan Pablo.

Allende: marido de María.

Hunter: era el primo de Allende, ya que eran primos.

Mimí Allende: también era familiar, por el apellido.

Y superficialmente se nombra al doctor Prato, a quien creía un verdadero amigo, quien era psicoanalista, y el doctor Goldenberg, que solo conocía de nombre.

Una reflexión esencial que quisiera hacer sobre la obra literaria en mención, parte del cuadro que presenta el pintor, Juan Pablo Castel, llamado Maternidad:

…arriba, a la izquierda, a través de una ventanita, se veía una escena pequeña y remota: una playa solitaria y una mujer que miraba el mar.  Era una mujer que miraba como esperando algo, quizá algún llamado apagado y distante.  La escena sugería, en mi opinión, una soledad ansiosa y absoluta. (p. 14).

Esa imagen de una mujer asomada por la ventana mirando el mar, es para mí uno de los principales símbolos, o temas que determinan la fuerza de esta novela; ya que al final, justo cuando  María y Juan Pablo están sentados en la playa, sin decir ninguna palabra, solo mirando el mar, evocan esa imagen de soledad, de tristeza que precisamente indica el cuadro de la Maternidad.

Otra importante reflexión o comentario sobre esta obra literaria se enfoca en la aparente esquizofrenia del protagonista; y lo digo por varias razones, teniendo en cuneta lo expuesto por el Dr. David Laing, en un magnifico libro del que ya tendré la oportunidad de comentar, llamado «El yo dividido» y en el cual, se mencionan las características de las personas esquizofrénica, desde una perspectiva fenomenológica, es decir, desde una mirada micro- social, interna, casi que personal, en contraposición a la mirada Macro, objetiva y lejana de la psiquiatría tradicional.

Para justificar esta reflexión, haré uso de la propia descripción que el autor hace sobre Juan Pablo Castel:

Creo haber dicho que soy muy tímido; por eso había pensado y repensado un probable encuentro y la forma de aprovecharlo.  La dificultad mayor con que siempre tropezaba en esos encuentros imaginarios era la forma de entrar en conversación. (p. 16).

Estoy tan quemado que ahora vacilo mil veces antes de ponerme a justificar o a explicar una actitud mía y, casi siempre, termino por encerrarme en mí mismo y no abrir la boca. (p. 17).

…detesto los grupos, las sectas, las cofradías, los gremios y en general esos conjuntos de bichos que se reúnen por razones de profesión, de gusto o de manía semejante.  Esos conglomerados tienen una cantidad de atributos grotescos: la repetición del tipo, la jerga, la vanidad de creerse superiores al resto… (p. 18).

Me he apartado de mi camino.  Pero es por mi maldita costumbre de querer justificar cada uno de mis actos. (p. 22).

Por un instante, sentí el deseo de llevar la crueldad hasta el máximo y agregue, aunque me daba cuenta de su vulgaridad y torpeza: —Engañando a un ciego. 

Ya antes de decir esa frase estaba un poco arrepentido: debajo del que quería decirla y experimentar una perversa satisfacción, un ser más puro y más tierno se disponía a tomar la iniciativa en cuanto la crueldad de la frase hiciese su efecto y, en cierto modo, ya silenciosamente, había tomado el partido de María antes de pronunciar esas palabras estúpidas e inútiles ¿qué podría lograr en efecto con ellas? (p. 87).

Me maldije mentalmente por distraerme: con aquella gente era necesario estar en constante guardia; además, tenía el firme propósito de levantar un censo de sus formas de pensar, de sus chistes, de sus reacciones, de sus sentimientos: todo me era de gran utilidad con María. (p. 99).

Hecho el anterior bosquejo superficial del pensamiento interior y la  forma de razonar del protagonista, Juan Pablo Castel. Mencionaré las características de las persona esquizofrénicas según, como ya lo mencione, el libro del Dr. Roberto David Laing «El yo dividido» y trataré de buscar lugares comunes entre esas características y la forma de proceder de Castel.

  • Inseguridad Ontológica: la persona ontológicamente insegura esta más preocupada por preservarse que por complacerse a sí misma.  Si no se ha alcanzado tal fundamento del vivir, las circunstancias ordinarias de la vida cotidiana constituyen   una amenaza continua y mortal. (Laing, p. 38).

Tres formas de angustia con las que se encuentra la persona ontológicamente insegura:

  1. Ser Tragado: la maniobra principal empleada para preservar la identidad ante el temor de ser tragado es el aislamiento.
  2. Implosión: el individuo siente que esta vacío, pero este vacío es él.
  3. Petrificación y despersonalización: el hombre que siente miedo de que su propia subjetividad sea tragada, aplastado o congelado, por el otro, frecuentemente intenta tragar, aplastar o matar la subjetividad de la otra persona. (Laing, p. 48).
  • El yo encarnado y no encarnado: estas dos posibilidades extremas exigen ser examinadas en función de la manera en que un individuo, cuya posición se aproxima a una o a otra de estas posibilidades, habrá de experimentar su relación con otras personas y con el mundo. (Laing, p. 63).
  • La persona no encarnada se halla un tanto divorciada de su cuerpo, puesto que carece del sentido de ser invulnerable al daño físico que a veces siente la persona parcialmente encarnada.  En éste caso, «él» y su «cuerpo» estaban disociados.  En tal situación siente mucho menos temor que una persona común  y corriente, porque desde su posición, no tenia que perder nada que esencialmente le perteneciera.  La persona no encarnada se experimenta a si misma en función de un dualismo yo- cuerpo.

Pues bien, como se vio anteriormente, Juan Pablo Castel, representa muchas de esas características de las personas esquizofrenicas, en tanto es una persona que ante la angustia por perder su propia subjetividad, prefiere el aislamiento, la soledad como mecanismo de defensa, ademas, a toda hora anda cuestionando sus acciones, como se puede apreciar en las anteriores citas ya mencionadas sobre su personalidad, y ademas de eso, es muy claro que no tiene su «Yo encarnado», ya que siempre esta presente el arrepentimiento por las frases ofensivas con que trata a María,

 -«Ya antes de decir esta frase estaba un poco arrepentido: debajo del que quería decirla y experimentar una perversa satisfacción, un ser más puro y más tierno se disponía a tomar la iniciativa en cuanto la crueldad de la frase hiciese su efecto.» (p. 87)

No creo que haya un ejemplo más claro del dualismo, en este caso «él» y su «cuerpo» estaban disociados, hay un claro dualismo Yo – cuerpo, como lo explica en su libro.

Sin pretender expresar verdades absolutas y mucho menos interpretaciones precisas de la obra, me excuso si estoy equivocado, pero lo realmente importante es que el arte, y en específico una obra literaria,  admite varias interpretaciones.