Novela corta: ¿Recuerdas Juana?, de Helena Iriarte
Año de publicación: 1989
Nacionalidad del autor: colombiana
¿RECUERDAS JUANA?
Para lectores desprevenidos, recuerdas Juana es una novela difícil, aburrida y compleja de asimilar, pero si se hace un esfuerzo por comprenderla, se encontrarán frente a una obra hermosa, con una gran cantidad de alusiones poéticas sobre la enajenación de la memoria, la muerte y el dolor, el dolor no físico sino emocional, psicológico, una historia que desgarra lo más profundo de nuestro sentimiento cuando la leemos como una historia propia, como una historia real. |
El tipo de narrador de esta novela es quizás uno de sus aspectos más interesantes, ya que no se es claro; es un narrador indefinido; se traslada del tú al él, y también al yo, e incluso se pasa a ser un narrador omnisciente en algunos momentos de la novela.
La novela comienza siendo narrada en tercera persona: “Está amaneciendo Juana, amaneciendo el día alto y azul. ¿No sientes que el calor alza la mano para que salgamos?” En este primer párrafo, se podría caer en el error de pensar que quien narra, es un testigo en tercera persona; luego, más adelante, dice lo siguiente: “A la entrada del cementerio Barbarita se alegró de encontrarte, te limpio la nariz y te dio la mano;…..pusieron las flores en el suelo y alzaron la caja hasta aquel hueco oscuro. –No me importa- recuerdo, ¿recuerdas que pensaste?…” Allí se pasa de ser un narrador en tercera persona para aparentemente ser en primera, ya que se habla de “recuerdo” como si quien narrara es el mismo protagonista, en este caso, Juana. Y más adelante dice: “En la pensión todos simpatizaban con Madame porque era alegre y bondadosa y Luis, el estudiante, no podía imaginarse una cara más hermosa;… Soñaba despierto y medio dormido con la figura de Madame y mientras planeaba en una y otra forma la conversación que nunca se atrevía a iniciar con ella, los empleados….” Aquí el narrador conoce los pensamientos de Luis, el estudiante, por lo que pasa del tú, al yo, y del yo al narrador omnisciente, o que todo lo sabe, todo lo conoce, ya que está en la cabeza de todos los personajes. «Tu madre no fue a verte y para no oir tus gritos se tapaba los oidos con las manos de Mateo que la abrazaba para que no sintiera tu tortura». En este fragmento, uno se preguntaría, bueno, y el narrador ¿como hizo para darse cuenta de ello?
La novela se asemeja más a una indagación psicológica, desde la mirada de una niña incomprendida, falta de amor materno y víctima del rechazo social, quizás el centro de esta novela sea la muerte, la profunda huella que deja la muerte en los seres queridos, y cómo puede marcar tan profundamente la conciencia de una persona cuando el único ser del que se recibía cariño, y comprensión, fallece.
Su centro o Tema, se podría describir con tres palabras; Muerte, locura, y soledad, que va ligada a la incomprensión, las tres, como las caras de una misma moneda, en cuanto a olvido y liberación.
Al ser narrada por un ente indeterminado, se dificulta encontrar un objetivo propio del personaje, ya que ésta, Juana, en sus primero años de vida, ni siquiera tiene conciencia y toda la novela trata sobre la inconciencia de Juana; se podría pensar que el objetivo principal de la novela, sería lograr que Juana recuerde, porque quien narra, no es Juana, y no se le puede atribuir un objetivo a un ente indeterminado que no representa las características propias de un personaje; por eso, y por el final, abierto, donde no se resuelve el principal objetivo – “aparente”- de hacer que Juana recuerde, la novela no cumple con los parámetros para ser una novela de estructura arquitrama o aristotélica. Hay algunos momentos llamativos, que no se está seguro si se puedan llamar puntos de giro; por ejemplo, cuando su padre muere, o cuando su madre toma la primera decisión después de enviudar, o finalmente cuando la deciden internar en un monasterio u hogar de paso. Por lo anterior, se clasifica a esta novela dentro de la estructura MINITRAMA.
Posiblemente, la indeterminación del tipo de narrador de esta novela haga parte de su tema, de lo que la autora quiso indagar con ello; es decir, la memoria, la enajenación de la razón, la locura, la muerte; por eso, quien habla, pareciera que es la conciencia de Juana, pero luego no, luego es un ente que todo lo sabe y que incluso conoce de los pensamientos de Luis, el estudiante y también de los actos de la madre de Juana, cuando en la intimidad de su cuarto se tapaba los oídos con las manos de Mateo para no sentir la tortura de sus gritos. Recuerdas Juana, en mi opinión, es una indagación lacerante sobre los sentimientos subjetivos que en algún momento se sienten, ya sean como vivencia propia, o como testigos de una vivencia ajena, que nos punza con sus frases poéticas y sus imágenes vívidas, como cuando Juana juega frente al espejo, es una imagen poética de todo niño, que se mete en su realidad de juego y escapa a la pesada carga de la vida.