¡VIVA LA HUELGA! POR ESTANISLAO ZULETA.

¡VIVA LA HUELGA!

A propósito de los acontecimientos del 21 de noviembre de 2019 que surgieron en Colombia luego de la convocatoria a un paro Nacional, donde millones de manifestantes salieron a marchar en contra de las políticas antipopulares del actual presidente «Duque», en contra de los asesinatos sistemáticos a lideres sociales e indígenas y en contra de la enorme desigualdad social que se vive, es interesante y necesario reflexionar acerca de este escrito, «aparecido en el periódico ruptura, Nº 3, mayo de 1976 en un momento en que se estaba desarrollando la huelga en el ingenio Riopaila, que duro varios meses y marcó un hito en los movimientos huelguísticos de la época».1  Por Estanislao Zuleta.Colombia: violencia, democracia y derechos humanos. Estanislao Zuleta

¡VIVA LA HUELGA!

¡Estalló la huelga! Se rompió la cadena de los días y las semanas innumerables de trabajo.  De un trabajo sin sentido, que recomienza una y otra vez y no conduce a ninguna parte, que no termina sino cuando nos termina, nos ha hecho inútiles y, en el mejor de los casos, nos jubila.  Se rompió la rutina de una amarga resignación y ahora puede brotar libremente una renovadora, una santa indignación.  Y de la dispersión mecánica de nuestras vidas, en los dormitorios y los puestos de trabajo, surge la comunidad, la asamblea que delibera, grita, teme y calcula.

Y felizmente, aparecen por todas partes tareas que hay que realizar, problemas que es necesario resolver, peligros que tienen que ser previstos y superados.  Ahora no es preciso aturdirse de fútbol y de alcohol, porque el pensamiento se ha vuelto interesante y útil, y ha dejado de ser un simple incremento del dolor de nuestras vidas que solo le agrega la conciencia de su insensatez.

De pronto, nos encontramos en un espacio y en un tiempo nuevos.  Ya no es el espacio restringido barrio-bus-fabrica, sino el espacio social de todos los centros en que se combate, se prepara o se apoya al combate.  El tiempo ya no es el breve ciclo de las semanas separadas por el pequeño hueco del domingo, es el tiempo de un proceso histórico, el tiempo de la lucha que continua anteriores victorias y derrotas y prepara y anuncia las batallas del futuro.  Hemos descubierto que la lucha no es un episodio, sino el centro y el sentido de nuestras vidas y que nunca podremos aceptar la paz, sino como una tregua mientras nos recuperamos, como un episodio en nuestra lucha.  Se hicieron posible al fin, dolores y sacrificios nuevos, más intensos que el embotado y agobiante sufrimiento diario: sabemos por qué los aceptamos, sabemos para qué sirven.

Conocemos el riesgo y no tenemos garantías previas de éxito.  Y ciertamente aquel que no emprende la lucha no sufrirá jamás la derrota de una fuerza adversaria, porque ha hecho de la derrota la sustancia misma de su vida y porque la fuerza adversaria ya está instalada en él.

La rabia corrosiva que una larga frustración ha acumulado en nosotros ya no se dirige contra nosotros mismo, nuestras esposas y nuestros compañeros; ha encontrado finalmente el blanco hacia el que debe apunta: el régimen de explotación.  Es una rabia sana y franca y no la fuerza maligna que minaba nuestro ser.  Es elemento necesario de nuestro amor hacia aquellos para los cuales tratamos de crear un mundo nuevo.  Y nuestro afecto ya no está solamente hecho de compasión, protección, consuelo, sino de aliento, solidaridad, ayuda en el combate.  Ya no nos amaremos como vencidos crónicos, sino como compañeros de una inmensa y riesgosa empresa llena de esperanza.  Y si al final no conseguimos gran cosa como conquistas laborales, al menos conseguiremos lo esencial: descubrimos que la vida puede tener un sentido y que ese sentido es la lucha.

Fuente:

Texto aparecido en el periódico ruptura, Nº 3, mayo de 1976 en un momento en que se estaba desarrollando la huelga en el ingenio Riopaila, que duro varios meses y marcó un hito en los movimientos huelguísticos de la época.

_____________________________________________________________________________

BIBLIOGRAFÍA

  1. Colombia: violencia, democracia y derechos humanos. 2015. Estanislao Zuleta. Editorial Planeta Colombiana S.A