Administración, un pasado por conocer. Omar Aktouf.

UN PASADO POR CONOCER Y ASUMIR, PREJUICIOS Y VERDADES INICIALES POR SUPERAR

El presente escrito corresponde a los informes realizados en la asignatura de FUNDAMENTOS DE ORGANIZACIÓN Y ADMINISTRACIÓN, dictados en la Universidad del Valle, sede Buga, Valle del Cauca, Colombia, por el docente Ronald Arcesio Garcés Lucumi, en el periodo Febrero – Junio de 2010.  Es el resultado de las reflexiones sobre las lecturas dejadas en clase. Informe de lectura 2.

Informe de lectura 2.

CAPÍTULO 13.

UN PASADO POR CONOCER Y ASUMIR, PREJUICIOS Y VERDADES INICIALES POR SUPERAR

En el texto citado, lo que el autor, Omar Aktour prioriza o enfatiza en ese capítulo, es el cambio de mentalidad de la administración tradicional, que veía a sus empleados como máquinas, a una nueva mentalidad que integre, que asocie a sus empleados y los trate con humanidad.  Esta es la premisa de la nueva administración.  Incluso, dice el autor, no solamente el cambio de mentalidad debe ser en el nivel dirigencial, sino también en el nivel sindical, que deben «dados los intentos patronales reales y sinceros por asociar a los trabajadores, los sindicatos deben dejar de comportarse según la lógica defensiva que era legitima frente a la administración tradicional».

El siglo XVIII, la aparición de la empresa, los hechos de entonces y las consecuencias de hoy en día.

La contracción interna:  «contrariamente al caso del Japón, la instalación de la clase industrial en occidente se hizo a través de la destrucción del sistema sociopolítico preexistente: el feudalismo y la aristocracia. La naciente industrialización arrasaría los últimos remanentes de comunidad y solidaridad consuetudinarios que la Edad Media había legado.»  Los nuevos industriales eran más bien comerciantes, sobre todo, fabricantes de paños, que habían amasado su fortuna reduciendo constantemente el salario que pagaban a los tejedores, hasta reunir en un solo lugar varias decenas de trabajadores.  Sus habilidades más particulares eran disciplinar y controlar el trabajo como nunca antes se había hecho».  Luego, el autor nombra algunos factores que se asocian de forma directa en el origen de la revolución Industrial:

La Revolución Agrícola proveniente de Holanda:  «Se desarrollan técnicas de muy alto rendimiento que permiten beneficiar la producción de cereales y, exportados a Inglaterra, producirían allí también considerables excedentes.  Las ganancias hallarían su cauce, sobre todo, en el consumo de productos textiles, lo cual tuvo por efecto elevar la producción de paños, telas y tejidos».

Las leyes sobre límites de tierras: «Iniciada desde el siglo XVII, permitirían agrupar las tierras de los propietarios y, particularmente, rodearlas de cercos para criar carneros en mayor escala, ya que su lana iba en creciente demanda.  Esto requería leyes, pues se necesitaba liberar a los propietarios de las obligaciones del derecho consuetudinario que, entre otras cosas, imponía el pago del siervo a la tierra.»

Factibilidad de reunir bajo un mismo techo a decenas de trabajadores no artesanos y muy pobremente pagados, o incluso, no remunerados en absoluto: » Para el administrador, este punto es de primordial importancia, pues la búsqueda del egoísmo individual, legitimada por la mano invisible de Adam Smith, benefició en profundidad a los industriales, que poseían el poder desde el inicio del sistema.  Un poder sin compartir hasta la última mitad del siglo XIX.  Sus interés egoísta, justamente comprendido, los condujo a intentar pagar naturalmente lo menos posible por un trabajo lo más lucrativo posible.  Dicho de otro modo, un salario mínimo por un trabajo máximo.  Allí radica el nudo central de lo que puede llamarse la contracción interna».

Un aparte ineludible del presente capítulo es la reflexión que el autor hace sobre la división del trabajo y que se puede englobar en el término alienación: » Que significa corte, separación, extrañeza, relación de extrañeza con uno mismo.  Este término remite al hecho de que, subdividiendo el trabajo al infinito, se le ha hecho perder todo sentido y todo interés para quien lo ejecuta, se ha llevado al ser humano a ser extraño a si mismo.

Y ya para ir finalizando, se mencionarán resumidamente cuatro rupturas que según Aktouf, basado en los análisis de Karl Marx, existieron en el paso del trabajo tradicional comunitario al trabajo de tipo industrial.  Rupturas entre el trabajador y el producto, entre el trabajador y el acto del trabajo, entre el trabajador y la naturaleza, y,  finalmente entre el trabajador y el propietario – empleador.

La primera ruptura, con la separación progresiva del campo y la ciudad.  Le quito al productor, al artesano, el producto de su trabajo; éste era acaparado por el mercader, quien se ocupaba de comercializarlo en lugar de quien lo había fabricado. como los comerciantes de paño, que se erigieron en intermediarios entre el tejedor y el mercado.

La segunda ruptura: Reuniendo trabajadores sin calificación precisas (campesinos desplazados de las tierras o tejedores arruinados) en un lugar único de producción, se les impuso una forma de hacer y de utilizar las herramientas de producción que ya no les pertenecían.  Implico la pérdida del sentido del trabajo.  El acto del trabajo así realiado no es el acto de quien lo realiza.  Le es extraño, ya que es dictado por un orden exterior a sus propios gustos y deseos.

La tercera ruptura: La ruptura con la naturaleza, concierne en sentido amplio al orden absolutamente artificial de producción al que está sometido el trabajador.  Orden «artificial» porque no respeta las leyes de la biología, por ejemplo (fatiga, ciclos de vigilia y sueño, morfología, estaciones, ritmo personal, etc.), sino sólo las «leyes», no naturales, dictadas por las exigencias de una producción máxima.

La cuarta y última ruptura: la ruptura que separa al productor y al poseedor, al trabajador del propietario, por la fundamental oposición de sus interese.

y ya para finalizar, tampoco puedo dejar de lado la crítica al libre mercado que el autor hace: «hace falta ser ingenuo o estar cegado por la ideología para seguir creyendo en la fábula de la igualdad de oportunidades, como cuando se sabe que frecuentar la escuela y la universidad privadas prepara mucho mejor para ascender por la escala social; o que, incluso en las grandes ciudades de Norteamérica, los niños de barrios pobres van a clase con el estomago vacío, o se alimentan de forma tal que no disponen de la energía requerida para aportar los esfuerzos necesarios a la exigencia de los estándares de excelencia.  Por no mencionar las necesidades puramente físicas de espacio en la casa, de ámbitos calmo y adecuados para el trabajo intelectual, de disponibilidad de libros, de obras de referencia, de personas – recursos en la familia».

Reflexiones personales finales:

Haciendo un paso por la historia en el siglo XVIII y comienzos del XIX cuando apenas estaba floreciendo la industria y la empresa por causas de la revolución industrial.  Los patronos o poseedores de los medios de producción  (aristócratas) quienes no eran más que antiguos artesanos o comerciantes de paño; tomaron el poder de las industrial y explotando a sus trabajadores tanto física como mental y psicológicamente hasta hacerlos caer en la más vil y desastrosa pobreza;  mientras que los patronos se enriquecían cada vez más y más.

Ahora entrado el siglo XXI y repasando los hechos históricos nos encontramos con el concepto de “redescubrimiento del capital humano” que no es más que mirar al trabajador (colaborador), como persona y no como máquina de producción, es decir son personas con sentimientos y aspiraciones las que trabajan en una organización para la consecución de unos objetos y metas. Que no deben ser individuales ni egoístas; sino que deben de ser comunes e involucrar día a día al empleado en ese proceso; y de esa manera estaremos aumentando el compromiso, la fidelidad y el rendimiento productivo de nuestros empleados, trabajadores o si se quiere colaboradores.

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BIBLIOGRAFÍA

Reflexión realizada con base en el capítulo 13: UN PASADO POR CONOCER Y ASUMIR, PREJUICIOS Y VERDADES INICIALES POR SUPERAR. De Omar Aktouf, en: La administración entre tradición y renovación.

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