Opiniones de un Payaso

OPINIONES DE UN PAYASO

 

Título: Opiniones de un payaso.

Autor: Heinrich Theodor Böll

Año de publicación: 1963

Nacionalidad del autor: alemán.

Opiniones de un payaso es una novela que cuenta el punto de vista de un ciudadano alemán; llámese Heinrich Böll, como (su autor) o llámese Hans Schnier, como (el protagonista), que no le perdonó a la sociedad de aquella época: 1939-1945  la irracionalidad con que desato la segunda guerra mundial, y el haber aceptado el antisemitismo, el haber aceptado la crueldad, el haber aceptado lo inhumano, el haber aceptado el holocausto; y de una manera punzante, llena de veneno, llena de odio visceral, se despacha contra todos ellos, y en especial contra la religión católica, que fue otra cómplice inaceptable de aquella tragedia.

Schnier, Hans, Marie

Narrada en primera persona por el protagonista,  Hans Schnier, un payaso de profesión,  quien no tiene ningún rastro de felicidad y que esta atormentado por el abandono de su compañera sentimental; la narración solo tiene un punto de vista, una sola mirada, lo que permite que haya más conexión con el lector.  La obra está narrada  en presente, al parecer en el año de 1962 por la referencia que hace sobre su hermana Henriette, quien en el tiempo de la novela, había muerto  hacia 17 años, y cuyo tiempo de la narración coincide casi exactamente con el año de publicación de ésta.; (1963). Al respecto, se puede apreciar el capítulo 4.

“En aquel entonces se estimuló a las muchachas jóvenes a alistarse voluntariamente en la DCA, y Henriette se alistó en febrero de 1945.” (Capitulo 4)

Si bien, está escrita en presente, la novela va tomando sentido a medida que quien la narra, Hans Schnier, el payaso y protagonista, hace referencia a los acontecimientos del pasado. Por boca de él se sabe de su distanciamiento con sus padres, especialmente con su madre, de sus encuentros amorosos con Marie, de las discusiones que tuvieron acerca de criar a los posibles hijos bajo los preceptos del catolicismo, sobre   el matrimonio civil. Es decir, se narra en tiempo presente, pero el autor hace uso de sus recuerdos para hilar la historia de una manera magistral. (Una especie de Flashback) es decir, una escena retrospectiva.

La novela comienza describiendo el estado anímico del payaso, quien aparte de sufrir jaqueca, también sufría de melancolía, y lo peor, tenía una inclinación a la monogamia que era lo que más lo atormentaba.  Luego, en capítulos posteriores, nos damos cuenta de los detalles de cómo fue abandonado por Marie, y, la novela empieza a tomar un ritmo rápido, que es frenado por los recuerdos de los encuentros con cada uno de los personajes, que en su mayoría son un grupo de católicos que se reúnen para tratar temas religiosos.

La hipocresía de los católicos es quizás el tema central de la novela, durante toda la narración se aprecian críticas frente a esta religión y sus hipócritas seguidores.  Por ejemplo, cuando Hans Schnier intenta llamar a Kinkel, y empieza a recordar lo que vivió la primera vez que lo visitaron en su casa, que por cierto fue un amargo encuentro, lleno de incomodas e inconvenientes comentarios por parte de él. Y que luego, la señora Kinkel, calificara como “muy agradable” cuando en realidad no lo había sido en absoluto.  Al respecto, véase léase el capítulo 9:

“Nunca comprendí que Kinkel calificase más tarde esta «primera velada con ustedes» de muy agradable”. (Capítulo 9).

El Personaje Central, como ya se mencionó, es el payaso, de nombre Hans Schnier, y quien narra la novela en primera persona. Dicho protagonista tiene un Conflicto externo, toda vez que ha perdido a su mujer, a Marie, y está empeñado en recuperarla, estaba completamente perturbado por su perdida y no podía dejar de pensar en ella.  Posiblemente haya también un conflicto interno, en cuanto a sus creencias, ya que a diferencia de Marie, él no es católico ni creyente, y es justamente esto la causa de que ella lo haya abandonado, y la causa de su malestar con la sociedad de que se rodea, incluida su familia.

En la novela, no se dan señales de que  los abortos  hayan sido intencionales u accidentales, pero en el capítulo 15, dice lo siguiente:

“los abortos de Marie eran para él «sospechosos», y no sabía cuánto nos hubiese gustado tener hijos”. (Capitulo 15).

Tal vez haya un punto de giro en el capítulo trece, donde Hans Schnier, se entera telefónicamente por medio de Sommerwild que Marie, había viajado a Roma con Züpner, esto le parte el alma de una manera atroz, ya que ella no quiso viajar con él allá, por no haber cumplido el sacramento de casarse, y por vivir en concubinato con él. En el capítulo doce, hay una especie de Clímax, ya que se detalla momentos antes de que Marie, abandonara a Hans, al parecer estaba destruida por haber abortado, e incluso, luego de ella haberse ido, llegó la policía para investigar.

En el capítulo quince, donde se describe el inesperado encuentro con su padre, la novela toma otra vez su ritmo rápido, es quizás otro punto de giro, ya que la atención del lector, o por lo menos de yo como lector, se agudiza.

“El ascensor permaneció mucho tiempo en el tercer piso; luego se puso rojo el cuatro, el cinco, abría la puerta y, asombrado, di un paso atrás. Mi padre salió del ascensor, sostuvo la puerta abierta para que entrase la señora Grebsel y volviose hacia mí. «Dios mío», dije, «padre.» Nunca le había dicho aún padre, siempre le llamé papá. Él dijo «Hans», e hizo un torpe amago de abrazarme”.

Y nuevamente, Sobre la delicada manera de expresar cosas cotidianas, pero que jamás se me hubiesen ocurrido, y que son ciertas, me encantó también el siguiente párrafo sobre los objetos, luego de que una persona ya no está.

“Todos miramos a la servilleta, que tenía mermelada pegada, y una parda mancha de sopa o de salsa. Por primera vez me di cuenta del horror de los objetos que una persona deja al marcharse o morir”. (Capitulo 23).

Pone en palabras lo que nunca se me hubiese ocurrido, ya que describe un sentimiento real, de una manera mágica.

El siguiente párrafo, a propósito de un comentario u aprobación solicitado luego de un debate por televisión:

«y me preguntó: ¿Estuve bien? ¿Le gusté?»: exactamente, literalmente, lo que preguntan las prostitutas a sus clientes. Sólo faltaba que me dijera: «Recomiéndeme a sus amigos.» Le dije: «Usted no me gusta, de modo que no pudo gustarme ayer.» Quedó completamente desinflado, y, sin embargo, expresé muy moderadamente la impresión que me causó. (Capitulo 25)

Nuevamente sobre la hipocresía, sobre hablar lo que a la gente le gusta, fingir. Por tanto, un tema recurrente, como ya lo he mencionado anteriormente es la hipocresía de la sociedad.

La novela tiene un final abierto, puesto que el personaje termina como vagabundo en las escaleras de una estación de tren tocando la guitarra para recibir monedas en su sombrero, pero deja a la expectativa a sus lectores si realmente Hans Schnier se suicida, ya que difícilmente regresaría Marie a sus brazos.  La atmósfera es desoladora, cuartos de hotel, soledad, desorden, alcohol, melancolía y jaqueca son la constante; la infelicidad, la rabia con la hipócrita sociedad en su mayoría católica.

El tema central es la religión católica y protestante. Es una punzante crítica al lamentable periodo que vivó el mundo entre 1939 y 1945 (la segunda guerra mundial).

Reflexiones finales: La novela, en mi opinión, es la posición clara en defensa de la paz, en defensa de la igualdad y en rechazo a la hipocresía humana, que se manifiesta en mayor medida con la fe catatónica y sus creyentes.  Tambien, en algún sentido, es una critica a la reforma protestante, ya que Martín Lutero, entre otras cosas, en un libro titulado “Sobre los judíos y sus mentiras”, escribió los primeros textos antisemitas que  posiblemente serían la base, y el fundamento de lo que posteriormente se convirtió en campos de concentración Nazis.Además, es una clara alusión al Holocauto, como se puede apreciar en el siguiente párrafo.

“Aunque las judías que había comido las notaba aún en el estómago y acrecentaron mi melancolía, entré en la cocina, abrí la segunda lata de judías, vertí el contenido en el pote, en el cual había calentado también la primera porción, y encendí el gas. El papel de filtro, con el poso del café, lo arrojé al cubo de la basura, cogí un filtro limpio, puse dentro cuatro cucharadas de café, vertí agua caliente, e intenté poner orden en la cocina. Con la pala recogí los posos del café, las latas vacías y las cáscaras de huevo y lo arrojé todo al cubo de la basura”. (Capitulo 19).

Entre los datos fútiles, es decir, sin importancia, insustanciales, puedo resaltar la enseñanza sobre los vinos:

“Claro que hubiese debido saberlo, siendo un ciudadano adulto y responsable, pero el caso es que no lo sabía, como hasta hace poco no supe que el vino blanco se enfría para servirlo y el tinto se calienta.” (Capitulo 8)

Otro dato sin importancia, pero que amplió en algo mi baja cultura, está en el desconocimiento sobre el bádminton, (un deporte parecido al tenis, pero que a diferencia de éste, la pelota no es redonda, sino con un “volante”  de forma cónica, abierta.  También conocí  la mazurca en si bemol mayor, de Chopin y Spring Waltz, también de Chopin, ademas de toda la musica liturgica que mensiona.

«podría tocarme la mazurca en si bemol, mayor opus 7 de Chopin.» (        Capítulo 19).

conocí sobre los nibelungos,  que según Wikipedia, “es un pueblo mitológico de las leyendas germanas, gobernado por el príncipe «Nibelung». Son enanos oscuros que vivían en las profundidades de la tierra y se dedicaban a la extracción de metales”. Que al igual que la familia Schnier, tenía por tradición la extracción de lignito (madera fósil).

“Otra vez volvía a sentir el complejo de los Nibelungos”. (Capitulo 15)

Sobre la delicada manera de expresar cosas cotidianas, pero que jamás se me hubiesen ocurrido, y que son ciertas, me encanta el siguiente párrafo sobre el llanto:

“Soportamos pocas personas a nuestro lado cuando lloramos, y pensé que su propio hijo, apenas conocido, sería la compañía menos apropiada. Yo no tenía más que una persona en cuya presencia pudiese llorar, Marie. y no sabía si la querida de papá era de aquellas personas en cuya presencia se puede llorar” (capitulo 15).

 

PERSONAJES:

Hans Schnier: es el personaje central y quien narra la historia, sufre de “melancolía, jaqueca, indolencia y del don místico de percibir olores por teléfono; mi dolencia más atroz es mi inclinación a la monogamia” (Capitulo 2)

Marie: Lo abandono para irse con otro Hombre, Züpner, un católico.

Züpner: La nueva pareja de Mare, un Católico. Heribert, era su nombre de pila.

Kostert: empresario cristiano que llama a Schinier por teléfono. Hizo una crítica en el periódico que la mayoría de habitantes de dicha ciudad leyó, referente a Hans Schnier.

Leo: el hermano del protagonista, y quien se convirtió, estudiante de Teología Católica.

Henriette. Hermana, que había muerto hace ya diecisiete años atrás.

Brühl: Un profesor de colegio.

Herbert Kalick: Pálido, rubio, con su rostro fanático. Se le acuñó la frase de los “Judíos Yanquis”.  Entrenador de “Puños anti tanque” Y quien posteriormente, en el (capitulo 17). Se cuenta que lo invito para que se reconciliasen, pero finalmente, Hans Schnier terminó dándole una bofetada.  Se enteró por medio del periódico que había recibido la “cruz del mérito federal”.

Georg: Chiquillo pecoso. Huérfano, quien murió a causa de la explosión de su “puño antitanque”. Voló por los aires al estallar un puño antitanque.

En la lista de nombres con quien debía hablar:

Heinrich Behlen: capellán, y quien se portó muy bien cuando Marie tuvo el aborto.  Se calificaba a sí mismo como “bracero en la viña del señor”

Bela Brosen: la querida de mi padre, es decir, la amante.

Leo (a quien yo puedo pedir dinero, pero nunca lo tiene, todo lo da), los componentes del «círculo»: Kinkel, Fredebeul, Blothert, Sommerwild.

Schnitzler: entraba y salía de nuestra casa. Era un sujeto corpulento, atildado, que a la sazón siempre fantaseaba sobre el noble europeísmo, la dignidad que tenían los germanos. Escritor y quien instigo a los padres de Hans para que lo enviaran a la guerra al igual que a su hermana.

Zohnerer: Es el representante.

Martin Derkum: El padre de Marie

Schmitz: Vecina de Marie.

Señora Fredebeul: vivía en Bonn. Tenía dos hijos y apenas 22 años. Hans se expresaba en los siguientes términos de su esposo, el señor Fredebeul: “ese pájaro no merece un sueño tranquilo” (capitulo 9.)

Monika Silvs: Es quien le prepara la habitación con el florero, los periódicos y las sales de baño, cuando visita Bonn.  Le envió un telegrama a Bonn. Y en el capítulo 19 le interpreta la Mazurca en si vemos mayor opus 7 de chopin por medio del teléfono.

Sommerwild: siempre con su sonrisa de perdón y generosidad. Intentó prevenir contra el padre de Marie, el señor Derkum, a los niños que le iban a comprar caramelos y lápices. Tal vez por sus posturas ideológicas. Era un superior eclesiástico, “el prelado Sommerwild”.

Kinkel: Era el jefe del grupo y había estudiado teología. Por culpa de una mujer bonita se hizo jurista y tenía 7 hijos. Estaba haciendo campaña política. Y era un experto hablando sobre el salario mínimo.

Señora Kinkel: la esposa del señor Kinkel

Von Severn: de quien se decía se había convertido pero simpatizaba con los socialistas.

Blothert: un importante miembro del grupo, era el “brazo derecho de Kinkel” era político.

Grebsel: la vecina de Hans Schnier, una linda mujer, rubia.

Genneholm: un experto y crítico  de arte, sabía de teatro, tragedia, comedia dell’arte, comedia, pantomima.

Anna: era la criada de la casa de los padres de Hans Schnier.

Edgard Wieneken: único amigo de juventud en colonia, desempeñaba algún cargo dentro del SPD (Partido Social Demócrata) “Yo era el único testigo de que él había verdaderamente corrido los cien metros en 10,1 segundos, y él era de los pocos que siempre me aceptaron tal como soy, a quienes me mostraba tal como soy.” (Capitulo 23)

Gótz Buchel: compañero de colegio de Hans y a quien Herbert Kalick, obligo a  probar su origen ario.

Kierenhahn: Los dos se conocían desde que tenían seis años; es decir Martin Derkum, el padre de Marie.

Gauleiter: extendió sobre Martin Derkum, el padre de Marie su “mano protectora” por un motivo que nunca descubrieron, y lo salvo de ir a un campo de concentración nazi.  En la actualidad, le iba estupendamente y tenía una empresa constructora.

Marx: el curtidor. Fue asesinado, sin recibir la ayuda de Gauleiter

Kruppe: comunista. Fue asesinado, sin recibir la ayuda de Gauleiter

Sabina Edmonds: Hans le había enviado un telegrama. Es la esposa de Karl Emonds. Al parecer, fue al hijo de ellos, a Gregor, un huevo crudo en su leche, lo cual hizo que se disgustaran.

Karl Emonds: ex estudiante de teología, hoy catedrático de Instituto. Se había ido por una semana. Al fin, en el capítulo 21, descrubre que es al único al que le puede pedir dinero.

Seguía teniendo a Leo, Heinrich Behlen, Monika Silvs, Zohnerer, el abuelo y el pote de sopa en casa de Sabina Emonds, y hasta podía ganar un poco de dinero, mientras entretenía a los niños.

Struder: es el hombre que le contesta el teléfono cuando llama a su hermano Leo.

LUGARES GEOGRÁFICOS:

Bochum: Donde estaba  Schnier.

Bonn: donde quería llegar.

Kólln: donde vivió con Marie, en una vieja pensión

Erfurt: Fue la universidad donde estudió Martín Lutero. Entre otras cosas, en un libro titulado “Sobre los judíos y sus mentiras”, Lutero, al parecer, escribió los primeros textos antisemitas que  posiblemente serían la base, y el fundamento de lo que posteriormente se convirtió en campos de concentración Nazis.