La Náusea. Jean Paul Sartre. Comentada por Estanislao Zuleta.

La Náusea. de Jean Paul Sartre, Comentada por Estanislao Zuleta, en Tres Rescates: Sartre, De Greiff, El erotismo

Libro: La náusea.

Año de publicación: 1938

Autor: Jean Paul Sartre

Nacionalidad del autor: Francia – Paris (1905 – 1980)

Algún día intenté leer «TRES RESCATES: Sartre. De Greiff. El Erotismo» De Estanislao Zuleta, publicada por  la Editorial Nuevo Editores.  Desde ese momento y como en su primera parte hacía comentarios a la novela «La náusea» de Jean Paul Sartre, quede tentado a leer esta novela para lograr entender de qué trataban esos magníficos comentarios que hacía Estanislao Zuleta sobre ese autor.  Unos 5 o 7 años después, si no son más, luego de haber tenido ese primer acercamiento con la novela, por fin, me leí «LA NAUSEA», y no me queda más que tratar de reflexionar sobre ello.

Jean Paul Sartre
Imagen tomada de internet (Google imágenes)

La novela, como cualquier otra novela, tiene un narrador, un tiempo donde se desarrollan los hechos, al igual que unos espacios, unos temas, una atmósfera, y unos personajes; pues bien, esta novela comienza siendo narrada en primera persona: «Lo mejor sería escribir los acontecimientos cotidianamente. Llevar un diario para comprenderlos.  No dejar escapar los matices, los hechos menudos, aunque parezcan fruslerías, y sobre todo clasificarlos.  Es preciso decir cómo veo esta mesa, la calle, la gente, mi paquete de tabaco, ya que es esto lo que ha cambiado…

El tiempo en el que se desarrolla la historia coincide casi que exactamente con el tiempo real en que Jean Paul Sartre escribía; «Lunes, 29 de enero de 1932» y según información de la carátula del libro, dice: «El novelista y filósofo francés Jean Paul Sartre escribió La náusea cuando tenía 26 años, en 1931, aunque su versión definitiva no se publicó hasta 1938«. Por lo anterior podemos inferir que el tiempo de la novela, es casi que exacto con el tiempo real de su autor.

Frente a los espacios de la novela, se tienen varios, en Bouville, se describe el cuarto del hotel donde vive el personaje principal: «éste es mi cuarto, orientado hacia el noreste.  Abajo la calle des Mutilés y el depósito de la nueva estación.  Desde mi ventana veo, en la esquina del bulevar Victor-Noir, la luz roja y blanca del Rendez-vous des Cheminots. Acaba de llegar el tren de París». Los lugares más frecuentes que el personaje visita son la biblioteca, el café Mably, al parecer, el Rendez-vous des Cheminots es el nombre del hotel donde se alberga el protagonista; aunque más adelante, el protagonista dice: «esta mañana, a las ocho y cuarto, cuando salí del hotel printania para ir a la biblioteca» me hace dudar que realmente el hotel donde se alberga sea el Rendez-Vous des Cheminots, y no el printania, como lo acabo de describir. Lugares comunes como el museo, o «el bulevar Noir hasta la avenida Galvani»,  «la calle paradis» la calle Jeanne-Berthe-Coeuroy, de l avenida Galvani…. Entre otras, son los lugares que describe el protagonista.

Los temas que contiene la novela y que son expuestos por Estanislao Zuleta en «Tres Rescates: Sartre, de Greiff y El Erotismo» son los siguientes:

  1.  LA EXPERIENCIA como un cúmulo de saberes, de retener y utilizar el pasado:  Frente a este tema, Estanislao Zuleta manifiesta que es un tipo de saber que reduce todo lo nuevo a lo viejo.  «Consiste principalmente en no dejarse sorprender, asombrar» Dice Zuleta, que «Si de alguien se dice: «Tiene mucha experiencia en esa actividad, probablemente conviene entender que en el campo aludido no va producir ninguna idea nueva. Hay una aparte del texto de la náusea que describe esto:   «Quisieran hacernos creer que su pasado no está perdido, que sus recuerdos se han condensado y convertido delicadamente en sabiduría.  ¡Cómodo pasado! Pasado de bolsillo, librito dorado lleno de bellas máximas…. ¿Se habrá encargado la Vida de pensar por ellos? Explican lo nuevo por lo viejo, y lo viejo lo han explicado por acontecimientos más viejos todavía…… Detrás de sus aires de importancia se adivina un a pereza tristona; ven desfilar apariencias, bostezzn, piensan que no hay nada nuevo bajo el sol» 

Sobre este tema de la experiencia, Estanislao Zuleta profundiza indicándonos que es un reclamo que Sartre hace frente a la actualidad del pensamiento y su riesgo.  «Es una sabiduría hecha de miedo a la muerte, que aconseja morir desde ahora por temor al riesgo.  No tomar ningún riesgo, hacer el menor gasto posible, tener el mínimo posible de sufrimientos; en una palabra, vivir lo menos posible.  Las mejores historias que las gentes experimentadas cuentan son de «imprudentes y originales que han recibido su castigo».  Pero, como bien se sabe, los puntos más salientes, más dinámicos de la historia de la humanidad son aquellos en que encontramos imprudentes como Cristóbal Colón y originales como Galileo, y no señores llenos de experiencia que no han hecho nunca otra cosa que impartir sus lecciones». (Zuleta Estanislao. Tres Rescates. Editorial, Hombre nuevo editores. pág. 22).  Me parece de vital importancia esa cita que nos hace Zuleta, ¡Que provocador y trastocador nos resulta!

2. Los DERECHOS como la otra cara del DEBER: Frente a ello, nos dice Estanislao Zuleta que «Roquentin carece de toda misión y no tiene ningún derecho, puesto que no ha aceptado ningún deber.  Sartre dirá en otra parte, más adelante, que un derecho es la otra cara de un deber.  Como Roquentin no está inscrito en ningún esquema de deberes, como no ha interiorizado ningún conjunto de mandatos que señalen deberes, tampoco tiene lo que es correlativo a ello: un conjunto de derechos.  La existencia de Roquentin no conoce ninguna de las formas de lo que se considera una misión: la misión de llevar adelante la empresa comercial del padre, la misión de defender determinada ideología, la misión de continuar lo existente o acrecentarlo de acuerdo con una ideología.  Al no tener una misión, carece de deberes.  Y como no vive su vida en función del cumplimiento de deberes, carece de derechos.  Los deberes y los derechos son correlativos…. En lugar de decisiones, riesgos, pasiones, búsquedas, los señores retratados en el museo de Bouville conocen otra cosa: derechos.  Los derechos son parte de un sistema absolutamente previsto. (Zuleta Estanislao. Tres Rescates. Editorial, Hombre nuevo editores. Pág. 29)

Aquí, en esos comentarios de Zuleta, otra vez encuentra uno esa peligrosa provocación, esa provocación de libertad, de riesgo, de pensar por uno mismo; pero digo peligrosa porque genera una angustia enorme, una angustia atroz, que en algunos casos, conlleva al suicidio.

3. El concepto de GENEROSIDAD: Frente a este tema, nos habla Estanislao diciéndonos: «La presentación por Roquentin del eminente doctor Parrotin termina subrayando su generosidad, virtud que implica la propiedad, por lo que de entrada despierta sospechas en Sartre.  También Sartre valoraba la generosidad, pero en términos estrictamente cartesianos.  Para Descartes, el hombre debe ser generoso, en el sentido de que no debe aferrarse a nada que pueda perder, a nada que le pueda ser quitado.  Solo debe aferrarse a lo que es esencial, aquello de lo que no puede ser despojado por otros, que no le puede ser arrebatado, por ejemplo una convicción, un amor.  La generosidad en el sentido corriente de la palabra es para Sartre una ostentación de poder». (Zuleta Estanislao. Tres Rescates. Editorial, Hombre nuevo editores. Pág. 34).

Si que me marco esa frase: «LA GENEROSIDAD ES UNA OSTENTACIÓN DE PODER» y me marco tanto porque hace poco, intenté ser generoso con una familiar que atraviesa una dificultad, para ello, le di algún dinero regalado frente a los ojos de mi hermano y mi madre; ¡confieso que sentí vergüenza! en realidad no sabía de donde provenía mi vergüenza, pero ahora, y luego de leer ese párrafo de Zuleta, me doy cuenta que mi vergüenza venía de mi vanidad, de mi generosidad que no era otra cosa que una ostentación o demostración de poder.

4. Conductas de mala fe: Estanislao Zuleta describe a este tipo de conductas como «aquella en la que uno sabe perfectamente adonde se dirige, pero actúa como si no lo supiera.  La mala fe, según Sartre, es una ilusión necesaria para desenvolverse dentro de determinadas circunstancias, por ejemplo, para cumplir ciertos papeles en la vida cotidiana, el amor, entre ellos, así como muchos papeles sociales.  Este tema de la mala fe va a jugar un papel central en  el ser y la nada , donde va ser objeto de detenidos análisis.  Dentro de determinados contextos sociales sería cínico decir «quiero de ti tal cosa».  Si se quiere alcanzar esa cosa lo mejor es empezar – aunque no sea verdad – con una frase como «me eres imprescindible» u otras por el estilo.  Esa necesidad de dislocar el discurso, la conducta, es lo que Sartre llama la mala fe.

5. Comedia – autenticidad: Frente a este punto que resalta Estanislao Zuleta, referente a las conductas de mala fe, esta muy conectado al siguiente tema sobre la forma en que Sartre – Roquentin aprecia la existencia como una contradicción entre COMEDIA-AUTENTICIDAD «Roquentin sabe que lo ven al margen de la comedia que todos hacen -la comedia de la juventud, la del anciano, la de la pareja de enamorados-.  Cada uno, con su presencia, está enviando algún mensaje sobre sí: «Yo soy la muchacha adorable», «Yo soy el muchacho serio y prometedor», «Yo soy el anciano respetable», etcétera. Mientras que el mensaje de Sartre o de Roquentin es que el esta hastiado de todo eso, y «que con su presencia, no esta desempeñando ningún papel esta fuera del concierto humano, por tanto, es un cangrejo».  (Zuleta Estanislao. Tres Rescates. Editorial, Hombre nuevo editores. Pág. 53).

6. La INEXISTENCIA de los momentos perfectos: Al ser Sartre un dramaturgo, y al hacer de su filosofía una crítica a la existencia, su particular mirada frente a lo existente, le permitía condensar imágenes aparentemente perfectas, idealizadas: «El abuelo era una figura patriarcal que estaba todo el tiempo montando pequeños dramas.  El joven Jean-Paul iba todos los días a recibirlo a la estación y el abuelo fabricaba el momento perfecto del abuelo feliz que recibe a su nieto en los brazos y lo lanza al aire, para la admiración de todos los transeúntes.  Cuando el niño estaba en lo alto, en el extremo de los brazos extendidos del abuelo, la escena se congelaba por un instante, conformando una imagen perfecta para un fotógrafo imaginario» .

Para profundizar un poco más en esta temática de los momentos perfectos, se hace necesario transcribir textualmente un aparte de la novela, ya en sus ultimas páginas cuando Roquentin tiene una profunda conversación con Anny:

¿y los momentos perfectos? ¿Qué vienen a hacer aquí?
– Llegan después.  Primero están los signos anunciadores.
Después, la situación privilegiada, lenta, majestuosamente
entra en la vida de las personas.  Entonces se plantea la cuestión
de saber si uno quiere convertirla en momento perfecto.
– Sí -digo-, he comprendido.  En cada una de las situaciones
privilegiadas hay que realizar ciertos actos, adoptar ciertas
actitudes, decir ciertas palabras, y otras actitudes, otras palabras
están estrictamente prohibidas. ¿Es así?…..
..Tú mismo puedes inventar ejemplos.  Ves: hay casos en que no se debe
llorar, si no, uno es inmundo.  Pero si dejas caer un leño en tu pie,
puedes hacer lo que quieras: gimotear, llorar, saltar sobre el otro pie.
Lo estúpido sería mantenerse todo el tiempo estoico; sería agotarse para
nada.
-Otras veces era preciso ser más que estoico. ¿No recuerdas, naturalmente,
la primera vez que te besé?
-Sí, muy bien -digo triunfante-, fue en los jardines de Kiew,
a orillas del Támesis.
-Pero lo que nunca supiste es que estaba sentada sobre unas ortigas;
se me había levantado el vestido, tenía los muslos llenos de pinchazos
y al menor movimiento, nuevos pinchazos. Bueno, allí no hubiera bastado
el estoicismo. Tú no me turbabas nada, no sentía un deseo particular de
tus labios; el beso que iba a darte era de una importancia mucho mayor,
era un compromiso, un pacto. Entonces, ¿comprendes?, el dolor resultaba
impertinente, no me era permitido pensar en mis muslos en un momento como
aquél. No bastaba ocultar mi padecimiento; era preciso no padecerlo.


BIBLIOGRAFÍA

La Náusea. Jean Paul SARTRE. GLOBAL`S EDICIONES. Primera Edición: 2020-11-09

Tres Rescates, Sartre.  De Greiff.  El Erotismo.  Estanislao Zuleta. Hombre Nuevo Editores; Fundación Estanislao Zuleta. Editora Lucía Donadío. Medellín, 2007. Primera Edición.