Rayuela, de Julio Cortázar

RAYUELA

Título novela: Rayuela

Autor: julio Cortázar

Año de publicación: 1963

Nacionalidad del autor: argentino

 

Al igual que Cortázar, en su novela RAYUELA, la sociedad francesa, y en general la mayoría del mundo, vivía una convulsionada crisis de libertad y rebeldía, donde se prefirió buscar experiencias propias que pusieron en jaque los antiguos preceptos religiosos y culturales de las sociedades antiguas: la minifalda, la píldora anticonceptiva, las reivindicaciones femeninas, las drogas como la marihuana, el hipismo, las comunas y en consecuencia la contracultura, son temas presentes en la novela de Cortázar. (A propósito del mayo francés del 68).Horacio, Oliveira

El hecho más notable de libertad en esta novela, que se nota desde el principio de  RAYUELA, es su forma de abordarla, ya que permite múltiples lecturas, ya sea de forma normal, leyendo los capítulos en secuencia y ordenadamente, o siguiendo la lista o tabla de capítulos que se recomienda, en la cual se puede comenzar por el capítulo setenta y tres y pasar al uno, del uno al dos, y del capítulo dos al ciento dieciséis. Es decir, no es necesaria la secuencia de los capítulos para poder leerlo y entenderlo.

Del capítulo uno al capítulo treinta y seis, se narra los hechos y acontecimientos que aparentemente suceden en París, denominados “Del lado de allá”.  Luego, a partir del capítulo treinta y siete, y hasta el cincuenta y seis. Se podría decir que es el fin de la novela, si  se quiere leer de esta forma; de lo contrario, a partir del capítulo cincuenta y siete, denominado “De otros lados”  “capítulos prescindibles” se podría continuar la lectura con otro tipo de final; por tanto, y a diferencia de las estructuras literarias tradicionales, como la aristotélica o arquitrama,  cuya característica es que tiene un final cerrado,  el personaje pasa por una serie de conflictos, ya sean internos o externos, y hay unos momentos de giro  y un clímax; en este caso, difícilmente y por sus múltiples lecturas se podría encasillar allí, más bien, me atrevo a decir que es una estructura  Anti-trama, donde  lo absurdo, la incoherencia, la línea de tiempo indescifrable, es su constante.

En esta novela, se quiere hablar de un concepto o varios conceptos; (la acción, la muerte, la locura, el tiempo, y las ilusiones …).  En esta novela  no es claro el protagonista.  El final es abierto y la realidad es incoherente; lease el capitulo 41; un episodio incoherente y absurdo,  «tratar de tender un puente de una ventana de hotel a otra, por medio de unos tablones sujetados a una soga; o quizas incoherencia en el sentido cotidiano, pero coherencia en el sentido oculto, indescifrable de Rayuela.

Frente al tipo de narrador,  se podría inferir que está en primera persona, Un narrador testigo, que participó en los hechos y que es Horacio Oliveira, ya que quien narra, cuenta los hechos que vivió en el pasado; Pero paradójicamente en el capítulo tres, aparece otro narrador, un narrador al parecer omnisciente, independiente, en Tercera persona, que narra desde lo alto los hechos entre Horacio Oliveira y la Maga, un narrador capaz de estar en la memoria de  Oliveira, para saber qué pensaba, qué hacía.

Desde allí comienza la originalidad de Rayuela, no sin antes mencionar,  que en el capítulo sesenta y ocho de su novela, inventó el glíglico, un lenguaje creado por él:

“Apenas él le amalaba el noema, a ella se le agolpaba el clé-

miso y caían en hidromurias, en salvajes ambonios, en sustalos

exasperantes.  Cada vez que él procuraba relamar las incope-

lusas, se enredaba en un grimado quejumbroso y tenía que

envulsionarse de cara al nóvalo, sintiendo cómo poco a poco

las arnillas se espejunaban, se iban apeltronando, reduplimien-

do, hasta quedar tendido como el trimalcato de ergomaniana

al que se le han dejado caer unas fílulas de cariaconcia…….”

Palabras inentendibles pero a la vez entendibles ya que hacen una clara alusión a un encuentro sexual y amoroso entre los protagonistas. palabras musicales cuando se lee en voz alta, Rayuela es una novela que se sale de los estándares de la normalidad, Julio Cortázar fue un escritor que no siguió lo establecido, no recorrió caminos ya descubiertos, no piso huellas. Cortázar invento su propio modo de escritura, invento su propio mundo novelesco, al igual que la sociedad de aquella época, se redescubría, se revelo contra el orden establecido.  Lo anterior, también se puede apreciar en el capítulo treinta y cuatro:

En setiembre del 80, pocos meses después del fallecimiento

y las cosas que lee, una novela, mal escrita, para colmo una edi-

de mi padre, resolví apartarme de los negocios, cediéndolos a

ción infecta, uno se pregunta cómo puede interesarle algo así.

otra casa extractora de Jerez tan acreditada como la mía; realicé

Pensar que se ha pasado horas enteras devorando esta sopa fíra y

los créditos que pude, arrendé los predios, traspasé las bodegas

desabrida, tantas otras lecturas increíbles, Elle y France Soir, los

y sus existencia, y me fui a vivir a Madrid, Mi tío (primo car-

tristes magazines que le prestaba Babs.  Y me fui a vivir a Madrid,

nal de mi padre), don Rafael Bueno de guzmán y Ataide, quiso

me imagino que despúes de tragarse cinco o seis páginas uno

albergarme en su casa; mas yo me resistí a ello por no perder mi

acaba por engranar y ya no puede dejar de leer, un poco como

independencia.  Por fin supe hallar un término de conciliación,

no se puede dejar de dormir o de mear, servidumbre o látigos o

combinadndo mi cómoda libertad con el hospitalario dese de

babas…..

El anterior párrafo, escrito en el capítulo treinta y cuatro de la novela, es un choque o encontrón con la forma en que estamos acostumbrados a leer, y toca devolver la mirada una y otra vez frente a este raro párrafo, hasta que nos damos cuenta que hay que leer  renglón de por medio, es decir, saltarse un renglon y pasar al otro para poder comprender, leer sin hacer caso al renglón inmediatamente siguiente; paradógicamente nuestra mirada se ajusta apaciblemente saltando un renglón de por medio y la naturalidad de la lectura toma su fuerza, y nos obliga nuevamente a leerlo pero comenzando por el segundo renglón, y pasando al cuarto y al sexto secuencialmente; la novela es misterio puro, es indescriptible la emoción que se siente cuando se lee de forma individual, y como estocada final, en este mismo capitulo, el autor hace alución a esos movimientos «brownoideos»:

«…dibujamos con nuestros movimientos una figura idéntica a la que dibujan las moscas cuando vuelan en una pieza, de aquí para allá, bruscamente dan media vuelta, de allá para aquí, eso es lo que se llama movientos brownoideo, ¿ahora entendés?, un ángulo recto, una línea que sube, de aquí para allá, del fondo al frente, hacia arriba, hacia abajo, espasmódicamente, frenando en seco y arrancando en el mismo instante en otra dirección y todo eso va tejiendo un dibujo, una figura, algo inexistente como vos y como yo, como los dos puntos perdidos en París que van de aquí para allá, de allá para aquí, haciendo su dibujo, danzando para nadie, ni siquiera para ellos mismos, una interminable figura sin sentido…».

Y es mágico porque justamente describe con sus movimientos «brownoideos», los movimientos que acabamos de hacer para intentar comprender ese capítulo, y en general, los movimientos que nos toca hacer cuando saltamos de un capítulo en desorden a otro nuevo capítulo.

La novela es narrada en  parís, Francia, y También en Argentina; es difícil determinar desde cuál de estas dos partes  geográficas se concentra; Sobre el tiempo  en que está narrada, podría inferir que es en presente, con extensos  recuerdos del pasado y digresiones sobre diferentes temas; pero se encuentran algunas contradicciones que lo que hacen es volver más indescifrable este asunto.

Sin duda, el centro de esta novela es la libertad como reacción a la costumbre, a lo heredado y aceptado culturalmente, a lo normal. Por tanto, hay claras alusiones a la muerte, a la locura, a pasar de un circo a un hospital psiquiátrico.  El tema central de la novela es un reflejo de la sociedad de aquella época, una sociedad que estaba atravesando uno de los referentes sociales más importantes del siglo pasado; “el mayo del 68” la guerra de Vietnam, el Hipismo, la contracultura y el rock, como marca insoslayable de un nuevo orden social.

Algunos comentarios, Reflexiones y citas : En el capítulo 3, hay una aparente mutación entre La Maga, Talita, y el Gato, como alguna señal Freudiana de voluptuosidad, belleza.  En toda la obra, hay señales inequívocas del legado psicoanalítico que apenas  comenzaba a tomar importancia en aquella época en que se escribió la novela. Sería interesante un estudio juicioso sobre las alusiones freodianas de la infacia y en especial del «gato», como el «gato calculista del circo».  ¿Qué se puede inferir de ello? o ¿será simplemente una vaga impresion.?

«Le habló de todo eso a la Maga, que se había despertado y se acurrucaba contra él maullando soñolienta.  La Maga abrió los ojos, se quedo pensando». (Capitulo 3).

«…y los gatos, siempre inevitablemnte los minouche morrongos miaumiau kitten Kat chat cat gatto grises y blancos y negros y de albañal, dueños del tiempo y de las baldosas tibias, invariables amigos de la Maga que sabía hacerles cosquillas en la barriga y les hablaba un lenguaje entre tonto y misterioso, con citas a plazo fijo, consejos y advertencias…» (Capitulo 4).

«Haber creído ver a la Maga era menos amargo que la certidumbre de que un deseo incontrolable la había arrancado del fondo de eso que definían como subconsciencia y proyectado contra la silueta de cualquiera de las mujeres de a bordo…Cuando traveler le presentó a Talita en el puerto, tan ridícula con ese gato en la canasta y un aire entre amable y Alida Valli, volvió a sentir que ciertas remotas semejanzas condensaban bruscamente un falso parecido total….» (Capitulo 48).

Una ironía, ya que «Traveler» en ingles, significa viajero, y traveler no era un viajero.

«Le daba rabia llamarse Traveler, él que nunca se había movido de la Argentina como no fuera para cruzar a Montevideo». (Capitulo 37) .

Entre sus temas, es recurrente que se refiera a la acción como renuncia a lo que se deja de hacer;  Lo exasperaba la obediencia al deseo; todo recomienza, no hay un absoluto, todo vuelve a entrar en crisis, el deseo cada tantas horas. Trampa del tiempo para crear ilusiones.

«Pero detrás de toda acción había una protesta, porque todo hacer significaba salir de para llegar a, o mover algo para que estuviera aquí y no allí, o entrar en esa caasa en vez de no entrar o entrar en la de al lado, es decir que en todo acto había la admisión de una carencia, de algo no hecho todavía, y que era posible hacer, la protesta tácita frente a la conntinua evidencia de la falta, de la merma, de la parvedad del presente…… Valía más renunciar, porque la renuncia a la acción era la protesta misma y no su máscara.» (Capitulo 3).

Rayuela es una novela que vale la pena leer, ésta ha sido mi experiencia con ella, pero no quiere decir que sea la suya, incluso, puedo tener miles de vacios, inexactitudes, equivocaciones e incompresiones que usted, luego de leer esta bella obra, podra advertir y corregir; por lo pronto, seguiré dedicandome de vez en vez a «protestar contra las insuficiencias de la vida» por medio de una buena lectura..