TÍTULO: “Werther” o también, “Las desventuras del joven Werther”
AUTOR: Johan Wolfgang Von Goethe
AÑO DE PUBLICACIÓN: 1774
NACIONALIDAD DEL AUTOR: Alemania
Esta novela se enmarca dentro del llamado “Romanticismo” que es una corriente de pensamiento cultural, que surge en respuesta al naciente racionalismo de la ilustración, y lo que posteriormente se conocería como el positivismo. |
Imagen tomada de Internet.
Está escrita en forma “epistolar” es decir, en forma de cartas dirigidas a un amigo llamado Guillermo. Comienzan fechadas el 4 de mayo de 1771 y terminan el 20 de diciembre del mismo año. Werther va contando de una manera subjetiva y personal el acontecer de su día a día; de ocupación dibujante, pintor; un artista que se deleita contemplando el paisaje y reflexionando acerca de su diario vivir.
La atmósfera que refleja es de desilusión, de impotencia, de soledad, de tristeza y desesperanza por no encontrarle un sentido a las “fútiles ocupaciones” de la humanidad, que “no tienen más intención que prolongar la desgraciada vida”
Me parece que es una novela pesada, en el sentido que me tocó releer los párrafos para poder comprender la profundidad de sus reflexiones, no es una novela para leer de corrido, es una novela profunda, filosófica y atroz. Por tanto, de un ritmo lento, donde el autor se toma el tiempo para describir los paisajes nativos y su relación latente con lo natural, una característica fundamental del “romanticismo”. Así parezca un refrito, y algo demasiado evidente, rescato el hecho de la confluencia del sentimiento y el estado de ánimo del protagonista con los fenómenos naturales, que de una manera mágica, sutil, y casi que imperceptible para un lector desprevenido, le sirven de antesala para ambientar con mayor transparencia el interior del sentimiento y la emoción por la que pasa el personaje principal:
Anoche salí. Sobrevino de repente el deshielo y supe que el rió había salido de madre, que todos los arroyos de Wahlheim corrían desbordados y que la inundación era completa en mi valle. Me dirigí a él cuando llegaba la medianoche y presencié un espectáculo aterrador. Desde la cima de una roca, con la claridad de la Luna, vi revolverse los torrentes por los campos, por las praderas y entre los vallados, devorando y sumergiendo todo; vi desvanecerse el valle; vi en su lugar un mar rugiente y espumoso, azotado por el soplo de los huracanes…(Carta del 12 de diciembre)
Ansia de libertad, conflicto con la razón, la muerte, el amor imposible de consumar y la inevitable relación con la naturaleza, ligada a los estados de ánimo de los personajes son algunas de las características más relevantes en los textos románticos; que datan del siglo XVII y XVIII y que como ésta novela, es una consiente representación de tan digno momento histórico.
Werther, en la carta del 29 de junio, deja entrever un rasgo en común con el pensamiento de Nietzche, especialmente cuando éste hace referencia a las tres transformaciones del espíritu: de León a Camello y de camello a Niño, en «Así hablaba Zaratustra», de igual forma que Goethe hace una alusión a la admiración que le despiertan los niños, a quienes admira y de alguna forma venera:
Sí, querido Guillermo, los niños son lo que conmueve más mi corazón en la tierra. Cuando me detengo a mirarlos y veo en esos pequeños el germen de todas las facultades que necesitarán practicar algún día; cuando descubro en sus caprichos o terquedades la futura constancia y firmeza de carácter, o en sus travesuras y en su malicia el humor fácil y alegre que hace olvidar las penas y los contratiempos de la vida, y todo esto de una manera franca y total, no dejo de repetirme siempre estas palabras divinas del maestro. Mientras no llegues a ser como éstos… Pues bien, mi amigo, a estos niños, estas amables criaturas que deberíamos considerar modelos, los tratamos como esclavos. ¿Por qué no han de tener ellos también una voluntad personal? ¿No tenemos nosotros la nuestra? ¿En qué se basa o está fundada esta prerrogativa? ¿Es porque nosotros tenemos más edad y somos más serios? ¡Dios piadoso! Desde la inmensidad de tu gloria, ves a los niños grandes y a los pequeños, y nada más, y hace mucho tiempo que has declarado por boca de tu hijo, quiénes son con los que más te complaces. Los hombres creen en él, pero no lo escuchan, y nunca han obrado de otra manera. Forman a sus hijos semejantes a ellos y… Adiós; prefiero callar que seguir con este desvarío. ( Carta del 29 de junio)
A su vez, esta novela es provocadora, instigadora y aviva las pasiones por encima de la razón; por ejemplo, al referirse a las reglas y preceptos del arte, y de las leyes sociales, dice:
Un hombre que se conforma y atiene a ellas con rigor, no produce nunca nada carente de sentido o positivamente malo, lo mismo que aquel que se conduce con arreglo a las leyes y a lo que exigen las conveniencias sociales no será nunca un mal vecino ni un insigne malvado; pero tampoco producirá nada notable, porque sin importar lo que se diga, toda regla, todo precepto, es una especie de traba que sofocará el sentimiento real de la naturaleza, hará estéril el verdadero genio y le quitará su verdadera expresión. (Carta del 26 de mayo)
Un momento clave en la novela, se puede rescatar en la carta del 12 de agosto, donde describe una profunda conversación con Alberto, justo en el momento en que éste le pide prestada la pistola con la que se suicidará más adelante; en esta conversación, se trata el tema del suicidio como un acto de valentía, para Werther, y como un acto de cobardía para Alberto; además, también se trata el tema “moral”:
Estás de acuerdo – dijo Alberto-, que ciertas cosas siempre serán crímenes, sin relevar el motivo.
-Concedido – respondí – , encogiéndome de hombros. Sin embargo, considera mi amigo que ni eso es verdad absoluta. Sin duda, el robo es un crimen; pero si un hombre está a punto de morir de hambre y con él su familia, y ese hombre, por salvarla y salvarse, se atreve a robar, ¿merece compasión o castigo?… (Carta del 12 de agosto).
Por lo anterior, considero que los textos de Goethe como Fausto y Werther, son una fuerte apología a la locura, ya que son demasiado sugestivos e incitan a cuestionar lo socialmente aceptado. Se destaca como temas principales el suicidio, con toda la fatalidad de la carga de la enajenación, de llevar al límite las pasiones, y también, el amor, el enamoramiento imposible de consumar.
¡Entonces eras feliz!, pensaba mientras caminaba rápido hacia el pueblo. ¡Entonces vivías ligero como el pez en el agua! Pero, Señor, ¿estará escrito en el destino del hombre que sólo pueda ser feliz antes de tener razón o después de perderla? ¡Pobre insensato! Envidio tu locura; envidio el laberinto mental en que te extravías. Sales lleno de esperanza a recolectar flores para tu amada, en medio del invierno y desesperas porque no las encuentras sin comprender las causas de que no se hallen a tu paso… Pero yo… salgo sin esperanza, sin propósito, y vuelvo a entrar a casa igual. (Carta del 30 de noviembre)
La novela gira en torno a describir el inmenso amor que le despierta una mujer, una mujer comprometida con quien pudo pasar los mejores momentos de su vida, los más felices, pero que lastimosamente estaba comprometida y por tanto, es un amor imposible, imposible porque en el medio estaba Alberto.
Sobre la estructura de esta novela, sobre su forma, sobre el manejo del tiempo interno y externo en que se narra, sobre su lugar geográfico y sobre su narrador, me quedan inmensas dudas, y no me atrevo a describirlas con exactitud por temor a equivocarme, pero en mi ignorancia, – Ustedes me corregirán, ojalá en algún comentario- me atrevo a decir que usa eficazmente dos tipos de narrador, pero que predomina el narrador omnisciente, o en tercera persona, que se evidencia al final de la novela, cuando se titula: “Del editor al lector”; en ese punto de la novela, se pasa de la acostumbrada epístola fechada, que contenía monólogos en primera persona, y que me hicieron pensar que la novela estaba escrita en primera persona, a un narrador “Omnisciente”, que todo lo sabe, todo lo conoce y que es el que se encarga de agrupar cronológicamente todas estas cartas, desde el 4 de mayo, hasta el 6 de diciembre; a partir de esta fecha, se revela realmente el tipo de narrador y se complementan las epístolas de Werther, con la consciencia de un narrador omnisciente que conoció los últimos momentos del protagonista.
Sobre el lugar geográfico en que se desarrolla la narración, se habla de Wahlheim, al parecer, se trata de un lugar ficticio, no existente en la realidad; también leí en algunos comentarios que era una novela autobiográfica.
Sus personajes principales; Carlota, de quien Werther se enamora apasionadamente; Guillermo, su amigo, y a quien están dirigidas la mayoría de cartas, y Alberto, el prometido de Carlota y la fuente de las desgracias de Werther, al no poder consumar su amor con ella ya que él se encontraba de por medio.
“Al dirigir mis ruegos a Dios, no puedo decir “¡Consérvamela!” Y, sin embargo, hay momentos en que creo que es de mi posesión. Tampoco puedo decir: “¡Dámela!”, porque es de otro. Así es como me agito sin cesar sobre mi lecho de dolor…. (22 de noviembre)
No encontrando un final adecuado para mis reflexiones, decido finalizar con el final mismo de la novela:
“Durante algún tiempo se temió por la vida de Carlota. Los jornaleros condujeron a Werther al lugar de sepultura; no le acompaño sacerdote alguno”. FIN…