MAYO DEL 68. ALGUNAS REFLEXIONES SOBRE EL ASUNTO.

¿EL VACÍO EXISTENCIAL O LA ENAJENACIÓN DE LA VIDA DEL TRABAJO

COMO VALOR FUNDAMENTAL DE LA SOCIEDAD? CAUSAS DE LA LIBERTAD

UTÓPICA DEL 68.

El Mayo de 1968 hace referencia más que a un lugar geográfico específico, a un conjunto de acontecimientos que antecedieron y surgieron en la década de finales de los sesenta y principios de los setenta. Por ello, y contrario a lo que se piensa al abordar el tema del “Mayo francés del 68” este acontecimiento no es propio de una nación, sino de muchas, y solamente marca un referente para recordar la ruptura de una época marcada por la aceptación de la vida cotidiana como una imposición irremovible, a una vida marcada por la incertidumbre y la libertad en todos sus sentidos.

Imagen tomada de InternetDiputado aleman del mayo del 68

La herencia del mayo francés y de la década del 60 y 70, dejan una sensación ambivalente; por un lado, se logró la libertad en sus más amplios términos; pero por el otro, se produjo una flexibilidad laboral que no permite tener un horizonte claro, por lo que como lo mencionó Bauman*1, vivimos en una sociedad líquida; y en consecuencia, hay que tomar partido: ¿vivimos en la libertad absoluta, en la anarquía y en el vacío existencial? O, ¿vivimos aceptando una autoridad, y el trabajo como un valor fundamental para hacer soportable y vivible la existencia? 

Para hacer alusión a uno de los fenómenos que más inquieta a los jóvenes en la actualidad, el desempleo juvenil, se traerán a colación dos términos; el primero de ellos, tuvo lugar en 1930 y mediados de 1970*2 y se denominó el modelo de desarrollo fordista; y el segundo, es el modelo de desarrollo flexible o posfordista. El primero se caracterizó por un Estado de bienestar, una sociedad con pleno empleo, la empresa industrial como el segundo hogar del empleado, la producción en masa, el trabajo como vocación humana y modo estable de ser en el mundo, la escuela y la familia nuclear como principales escenarios de socialización. Y el segundo, el modelo de desarrollo flexible o posfordista, que es todo lo contrario al anterior y se caracteriza por la inestabilidad laboral, la inestabilidad en las relaciones sociales, el hedonismo como único fin, y una libertad extrema que dificulta tener el control de la vida, la familia se descompone y empieza una generación que crece sin sus padres; hogares disfuncionales y matrimonios fracasados. 

Lo anterior, es fácil de rastrear en el tiempo, si se mira la vida de los abuelos, (años 50, 60 y 70) se encuentra que en la mayoría de los casos, trabajaron toda su vida en una misma empresa, o si mucho en dos o tres, se jubilaron de ésta, y en algún espacio de la casa, guardan con orgullo distinciones, medallas y material publicitario de su compañía; platos, vasos, cucharas y todo tipo de objeto marcado con el logotipo de la empresa en que pasaron casi toda su vida trabajando. Al igual que su hogar, pasaron toda su vida conviviendo con la misma persona, su esposa. Mientras que si comparamos con nuestros padres, (años, 80 y 90) se encuentra varios matrimonios fracasados, hijos de diferentes hogares y por tanto, hermanos medios y muchas madres cabeza de familia. 

Paradójicamente uno de los logros más reconocidos de los hechos sociales ocurridos en la década del 60, y especialmente “el mayo Francés”, fue la libertad, una libertad utópica, el derrocamiento de la autoridad; se luchó sin compasión por abolir esa vieja costumbre de la seguridad, del bienestar, de la empresa como el segundo hogar, de los principios morales que desafortunadamente se basaban solo en los principios cristianos de una sociedad en su mayoría católica; los acontecimientos ocurridos en aquella época, como el hipismo, el Rock, las drogas, y en especial la marihuana, la liberación femenina como consecuencia de la anticoncepción, la minifalda y las llamadas comunas*3, abogaban por un nuevo tipo de sociedad, una sociedad donde se gozara la vida, donde el trabajo encerrado en las fábricas u oficinas no alienara al ser humano, ni fuera un fin en sí mismo, donde el único objetivo no fuera el consumo, sino un equilibrio espiritual, paz y amor, existencialismo y nadaísmo en Colombia; es decir, una vida flexible, no rígida, una sociedad liquida, en palabras de Bauman, una sociedad sin autoridad. Pues bien, se dice que es un fenómeno que inquieta a los jóvenes, ya que el problema del desempleo juvenil, en Colombia y en América Latina, sigue siendo muy elevado.En el 2017 la tasa nacional de desempleo se ubicó en 9.4%, mientras que la tasa de desempleo juvenil, es decir, entre los 14 y los 28 años, se ubicó en 17.7% en el primer trimestre de 2017, según el DANE. Estos datos lo que reflejan es un panorama desalentador para la mayoría de jóvenes universitarios que terminan su carrera y necesitan insertarse a la vida laboral. La mayoría de la fuerza laboral en Colombia está siendo contratada por medio de terceras empresas (tercerización laboral u outsourcing); las condiciones laborales no son las mismas de la época del fordismo y la inestabilidad y precariedad laboral son el tema reiterado de las mayorías. 

La herencia del mayo francés y de la década del 60 y 70, dejan una sensación ambivalente; por un lado, se logró la libertad en sus más amplios términos, la mujer logra posiciones inimaginables en aquella época, las relaciones sociales se democratizan, el temor a un Dios inexistente desaparece pero la vida pierde su sentido, ya no hay motivación en levantarse para ir y encerrarse en una fábrica 8 horas y hacer dinero para esa casa, para ese carro, para esa finca, ya no hubo un sentido claro ni colectivo, sino más bien un sentido individual y subjetivo, se produjo una flexibilidad laboral que no permite tener un horizonte claro, no se puede planear la vida a futuro, ya que no se tiene la certeza ni la seguridad de un empleo estable, y paradójicamente, de esa estabilidad laboral de la que se hostigó la sociedad norteamericana y también francesa, es la estabilidad que muchos jóvenes desearían en la actualidad, para por lo menos, tener más claridad sobre a donde se quiere ir, y como lograrlo, y no seguir viviendo en la incertidumbre y en la nada, ya que entre la nada y la falta de un motivo claro de la existencia, se prefiere el bálsamo enajenador del trabajo y su valor que dignifica la existencia en este mundo, y la familia, homoparental o heterosexual, pero al fin familia, como el núcleo fundamental de la
sociedad, exaltando un imperativo categórico*4 en los términos de Kant, y no una falsa moral cristiana.  

De lo que se consiguió en esa década, se rescata lo mejor, pero se prefiere no enfrascarse en el vacío existencial que produjo, y en consecuencia, se prefiere un retorno a la estabilidad laboral, al empleo y la familia diversa como los motores fundamentales de la sociedad, respetando el individualismo y la búsqueda subjetiva de la felicidad, sin pasar por encima de los pensamientos y criterios de los demás, por tanto, se respeta la autoridad y la diversidad, y se celebra que hace 50 años las juventudes universitarias, los sindicatos, las minorías, las mujeres, y la sociedad en general hayan coincidido en hacer una ruptura de aquella sociedad vieja, y le hayan abierto la puerta a este entramado de diversidad y sin sentido para muchos. Se aboga por una vida del trabajo y la estabilidad como un valor fundamental de la sociedad y no como único fin, pero que por lo menos, haga llevadera la inexplicable sensación de la vida.

*1, ZYGMUNT Bauman. Sociólogo, filósofo y ensayista polaco, que nació en Polonia en 1925 y murió en Inglaterra en el 2017.

*2, MORALES, Milton Danilo. Prácticas de resistencia docente en la universidad orientada al mercado. Tesis doctoral, 2012. [En línea] Disponible en internet: http://www.tdx.cat/bitstream/handle/10803/107904/mdmh1de1.pdf;jsessionid=F. Consultada el 28 de abril de 2018.

*3, Espacios geográficamente delimitados donde convivían en completa libertad sexual y social personas con ideologías y pensamientos similares. Se dieron principalmente en San Francisco, Estados Unidos en la década del 60. A propósito, ver videos de Diana Uribe y la contracultura en Youtube.

*4, A Propósito del imperativo hipotético y del imperativo categórico, ver el libro, “Lecciones preliminares de Filosofía” de Manuel García Morente, Lección XX, fundamentos morales de la metafísica.