Don Quijote de la Mancha
Título: Don Quijote de la Mancha.
Autor: Miguel de Cervantes Saavedra.
Año de publicación: 1605 La primera parte, y 1615 la segunda parte.
Nacionalidad del autor: español.
En estos tiempos, cuando mucho se ha hablado de esta obra, cuando desde niños hemos participado sin darnos cuenta de algunas de sus historias, cuando quizás se tenga en mente un molino de viento y un hombre delgado al lomo de un caballo, mirando al horizonte con una lanza; cuando los recuerdos sobre Cervantes en mi memoria, me retornan a la época de bachillerato, y a cuadros y carteles alusivos al día del idioma que toman importancia los 23 del mes de abril de cada año, cuanto más fama e importancia toma esta novela, por ser, el inicio de la novela moderna, Entendiendo novela como “la presentación de un individuo problemático, en la que se expresan diversas perspectivas, diversos enfoques y formas de concebir el mundo, en juego y en contraste unos con otros”. (Zuleta, 2009, p. 31) |
Me dispongo a hacer unos espúreos comentarios, si es que se me permite el término, para con ello denotar mi reflexión y comentarios a esta obra, que en nada superan las reflexiones y comentarios de expertos en la materia, simplemente se trata de las apreciaciones y sentimientos que tuve al abordar esta novela.
En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor. Una olla de algo más vaca que carnero, salpicón las más noches, duelos y quebrantos los sábados, lentejas los viernes, algún palomino de añadidura los domingos, consumían las tres partes de su hacienda. El resto della concluían sayo de velarte, calzas de velludo para las fiestas, con sus pantuflos de lo mesmo, y los días de entresemana se honraba con su vellorí de lo más fino. Tenía en su casa una ama que pasaba de los cuarenta, y una sobrina que no llegaba a los veinte, y un mozo de campo y plaza, que así ensillaba el rocín como tomaba la podadera. Frisaba la edad de nuestro hidalgo con los cincuenta años; era de complexión recia, seco de carnes, enjuto de rostro, gran madrugador y amigo de la caza. Quieren decir que tenía el sobrenombre de Quijada, o Quesada, que en esto hay alguna diferencia en los autores que deste caso escriben;….Es, pues, de saber que este sobredicho hidalgo, los ratos que estaba ocioso (que eran los más del año), se daba a leer libros de caballerías con tanta afición y gusto, que olvidó casi de todo punto el ejercicio de la caza y aun la administración de su hacienda;… Con estas razones perdía el pobre caballero el juicio, y desvelábase por entenderlas y desentrañarles el sentido… En resolución, él se enfrascó tanto en su lectura, que se la pasaban las noches leyendo de claro en claro, y los días de turbio en turbio, y así, del poco dormir y del mucho leer se le secó el celebro de manera, que vino a perder el juicio. Llenósele la fantasía de todo aquello que leía en los libros, así de encantamentos como de pendencias, batallas, desafíos, heridas, requiebros, amores, tormentas y disparates imposibles; y asentósele de tal modo en la imaginación que era vedad toda aquella máquina de aquellas soñadas invenciones que leía, que para él no había otra historia más cierta en el mundo. (Cervantes, 2000)
Aquí comenzó mi primer impacto o estrellón con esta obra; primero, no tengo claro el significado de muchas de las palabras que se mencionan allí; por ejemplo: Hidalgo, astillero, adarga, rocín, galgo, sayo de velarte, calzas de velludo, vellorí. E incluso, me imagino que por mi inexperiencia con el lenguaje de épocas antiguas, llegue a cuestionar la forma en que estaba escrita; por ejemplo la palabra della, en vez de “de ella”, citado en el anterior fragmento, y subrayado por mí, o la palabra mesmo, en vez de “mismo”, o fermosura, en vez de “Hermosura”, o deste en vez de “de éste” si es que son los significados exactos. O por ejemplo, en el fragmento del mismo capítulo: “…No estaba muy bien con las heridas que D. Belianís daba y recebía…” recebía en vez de “recibía” hacen que el lector, o abandone la obra, por difícil de entender, o, diccionario en mano, acuda a detenerse en cada palabra que no entienda y a buscar su significado, lo que hace que se pierda el interés de la narración. Por tanto, para leer esta obra, en la actualidad, en tiempos de la velocidad, del hedonismo y lo fácil, “de la derrota del pensamiento crítico e ilustrado” se debe superar muchos obstáculos y más aún, cuando el lector, no es un experto en temas literarios.
Para poder hacer una reflexión sobre esta obra literaria, tomaré prestadas las palabras de Zuleta, en sus comentarios a esta obra, para acercar su análisis a nuevos lectores;
Es evidente desde el comienzo, desde la primera página, que Cervantes no trata en absoluto de hacer un canto a don Quijote…. No va a cantar triunfos ni a imponer modelos a nadie. Su relación con el lector no es la del “escritor recomendador”. Tampoco espera ser edificante o imponer una lección de moral; al contrario, como veremos en detalle, cruza por todas partes las perspectivas morales. (Zuleta, 2009, p. 33)
Sobre el sentido de la obra, Zuleta nos advierte que en todo momento, se están confrontando textos, “dentro de la obra misma hay una multiplicidad de textos que aparecen en una posición paralela. Los diferentes personaje funcionan todos ellos a su modo como narradores diferentes de un mismo acontecimiento sobre el que se entrecruzan puntos de vista distintos.
Ahora bien, sobre este punto en particular, donde se dice que “se entrecruzan puntos de vista distintos” se evidencia en varios ejemplos, el primero de ellos, en cuestionar la biblia; asi, en el capítulo I, del tomo II, titulado: DE LO QUE EL CURA Y EL BARBERO PASARON CON DON QUIJOTE CERCA DE SU ENFERMEDAD.
En esto de gigantes – respondió don Quijote- hay diferentes opiniones, si los ha habido o no en el mundo; pero la Santa Escritura, que no puede faltar un átomo en la verdad, nos muestra que los hubo, contándonos la historia de aquel filisteazo de Golías, que tenia siente codos y medio de altura, que es una desmesurada grandeza. Tambien en la isla de Sicilia se han hallado canillas y espadas tan grandes, que su grandeza manifiesta que fueron gigantes sus dueños, y tan grandes como torres…. (Cervantes, 2000, p. 18)
Y así lo reflexiona Zuleta, en un libro ya comentado en este mismo Blog:
“Un cura le llama la atención acerca de cómo es posible que en vez de estar haciendo algo útil se ponga a hablar y a creer en gigantes y en todas esas imaginerías. Y don Quijote le replica que la Bilbia, que no puede faltar un átomo en la verdad, nos enseña que los hubo, y nos cuenta la historia de quel “gigantazo de Goliat”. Cervantes teje y entrecruza las versiones. ¿Quién esta delirando allí? (Zuleta, 2009, p. 33)
O en el capitulo XXII, del tomo I, titulado DE LA LIBERTAD QUE DIO DON QUIJOTE A MUCHOS DESDICHADOS QUE, MAL DE SU GRADO, LOS LLEVABAN DONDE NO QUISIERAN IR.
…don Quijote alzó los ojos y vio que por el camino que llevaba venían hasta doce hombres a pie, con esposas a las manos. Venían ansimismo con ellos dos hmbres de a caballo y dos de a pie; los de a caballo, con escopetas de rueda, y los de a pie, con dardos y espadas; y que así como Sancho Panza los vido, dijo:
-Esta es cadena de galeotes, gente forzada del Rey, que va a las galeras,
-¿cómo gente forzada? – preguntó Don Quijote-. ¿Es posible que el Rey haga fuerza a ninguna gente?
-No digo eso- respondió Sancho-, sino que es gente que por sus delitos va condenada a servir al Rey en las galeras, de por fuerza.
-En resolución-replico don Quijote-, aquí encaja la ejecución de mi oficio: desfacer fuerzas y socorrer y acudir a los miserables. (Cervantes, 2000, p. 203)
para don Quijte se trata de unos tipos que llevan contra su voluntad, que están padeciendo una injusticia espantosa. Para el otro texto son personas sobre las cuales ha actuado precisamente la justicia. Cervantes se preocupa por mostrar que son dos interpretaciones distintas de lo que esta ocurriendo. (Zuleta, 2009, p. 39)
A propósito de la lectura, Estanislao zuleta hace una apreciación invaluable sobre esta obra:
“…Pero, al comienzo no tenemos un código común, ese es el problema de toda lectura seria, y ahora, ustedes pueden coger cualquier texto que sea verdaderamente una escritura, si no le logran dar una determinada asignación a cada una de las manifestaciones del autor, sino que le dan la que rige en la ideología dominante, no cogen nada. Por ejemplo, no cogen nada del Quijote si entienden por locura una oposición a la razón, no cogen ni una palabra, porque precisamente la maniobra de Cervantes es poner en boca de Don Quijote los pensamientos más razonables, su mensaje más íntimo y fundamental, su mensaje histórico, y no es por equivocación que a veces delira y a veces dice los pensamientos más cuerdos. Ustedes encuentran en el Quijote los textos más alarmantemente locos; en boca de Don Quijote también encuentran la parodia más maligna y los textos más razonables” (Zuleta, Sobre la lectura, disponible en https://www.mineducacion.gov.co/cvn/1665/articles-99018_archivo_pdf.pdf).
Por lo anterior y ya para finalizar esta recopilación de reflexiones ajenas, no podía pasar por alto la apreciación sobre el código o construcción del código que descifra Zuleta en este texto de Cervantes. Para Zuleta, el Quijote es el hombre tardío, el hombre fracasado, el hombre que no se resigna a la vida cotidiana y prefiere salir, y salir, en el sentido que Miguel de Cervantes Saavedra lo quiere expresar con la primera salida de Don quijote, quiere decir nacer, enloquecerse, desadaptarse, aventurarse; y nos dice Zuleta, a propósito de esta obra que tiene una característica muy particular: esta construida por parejas de oposición; por ejemplo:
“Y tenía en su casa un ama que no pasaba de los cuarenta y una sobrina que no llegaba a los veinte, y se pasaba las noches de claro en claro y los días de turbio en turbio leyendo libros de caballería” –todo cae en oposiciones– “hasta que cayó en la más extravagante idea que hubiese dado loco alguno y fue que parecióle convenible y necesario, así como para el aumento de su honra como para el servicio de su república hacerse caballero andante” y culmina ahí, eso es música.” (Zuleta, sobre la lectura, disponible en (https://www.mineducacion.gov.co/cvn/1665/articles-99018_archivo_pdf.pdf).
Difícil reflexionar sobre esta obra; primero, por el gran volumen del texto y su importancia mundial, y segundo, y más importante aun, porque personas muy importantes ya han hecho sus aportes sobre la misma, Por tanto, pido excusas por la banalidad de los comentarios y por incluir en este las reflexiones ajenas que no podían quedar mejor que en las palabras originales de sus autores, como lo es el caso de Estanislao Zuleta.